El Trítono en la Música: La Prohibición Religiosa del Rock y Heavy Metal
Hubo una época en que la iglesia católica del medioevo censuró el empleo de lo que se conoce como el trítono musical, ya que se creía (o al menos así lo querían hacer creer), que dicha ejecución musical provocaba la invocación de algo maligno. El trítono musical representa la ejecución de un intervalo de tres tonos, también conocido como cuarta aumentada (o quinta disminuida).
En la música de esa época, la Iglesia sostenía la idea de que el Diablo se colaba en la música a través de esta figura musical. Para evitar esto, en las composiciones, se evitaba el uso de la nota Si, pues era un sonido que incitaba a la formación de la quinta disminuida o trítono.
Por aquella época el arte, en la mayoría de sus expresiones, evocaba la adoración divina y la perfección que representaba la divinidad, por lo que el trítono era considerado un sonido obscuro que generaba tensión en los sentidos, generando la creencia de la invocación de la bestia.
Ubicándonos en la segunda mitad del siglo XX, concretamente a principios de los 70´s, nace un género musical derivado del Rock de los 60´s identificado por el uso de guitarras distorsionadas así como el uso de Power Chords (acordes de sonido grave ejecutados por los bajos de los instrumentos de cuerda y conformados por una nota tónica fundamental la 5ta disminuida y en algunos casos la octava), utilizando la figura del trítono musical de manera recurrente en sus composiciones, hablamos del Heavy Metal, representado de manera icónica por la banda inglesa Black Sabbath, que no solo revolucionó el mercado discográfico por su música obscura, sino por letras inspiradas en vivencias paranormales que los músicos de la propia banda habían experimentado.
El primer álbum de la banda fue denominado con el propio nombre de la banda: “Black Sabbath” de 1970, la canción que destaca en ese trabajo es justamente “Black Sabbath”, y surge derivada de la experiencia paranormal que en palabras del bajista Geezer Butler vivió, a raíz de que el vocalista de la banda Ozzy Osbourne, le regalo un libro antiguo sobre hechicería y ritos obscurantistas del medioevo, Geezer relata la vivencia que describe la obra pictórica de Léopold Boilly, “Los sueños de Tartini” de 1824, referenciando a una figura diabólica de ojos de fuego al lado de su cama, que lo torturaba con su presencia, sin poder moverse quedando a merced del maligno.
Black Sabbath abrió la puerta a numerosas bandas que adoptaron la línea del grupo, las canciones propiamente eran la versión musical de obras de terror, letras vinculadas a apariciones, posesiones diabólicas, asesinatos, agregando también la experiencia de la decadencia del gremio religioso (generalmente la religión católica), la decadencia social de principios y valores, las drogas, sexo, guerras y otras cosas que la sociedad occidental estaba llevando al extremo, de ahí que el género del Heavy Metal encontró terreno fértil e inexplorado que hasta entonces no había visto la luz de manera masiva.
En este sentido existen numerosos casos de suicidios de adolescentes, sobre todo en los 80´s y 90´s en los Estados Unidos, que a palabras de la sociedad conservadora y el gremio religioso fueron provocados por este género musical, argumentando que las letras de las canciones alentaban actos de maldad y el suicidio mismo, así nos encontramos numerosos episodios que llegaron a las cortes de los Estados Unidos en donde bandas como Judas Priest, tuvieron que probar (incluso cantando enfrente de un juez), que las letras no contenían mensajes subliminales que alentaran al suicidio, lo anterior a raíz de que un joven habría tomado una escopeta pactando con un amigo cercano el suicidio de ambos; sin embargo, solo uno de ellos murió, en las investigaciones se encontró que ambos jóvenes escuchaban de manera recurrente los discos de Judas Priest, lo que desató una persecución sobre la banda.
Al respecto surgió una oposición al género encabezada en aquel entonces por Tipper Gore, esposa del entonces senador Al Gore, en donde se atacó de manera masiva al género Heavy metal, llegando al extremo de pretender censurar su obra musical, lo anterior concluyó con la inserción de etiquetas en las portadas de los discos del género que advertían sobre el riesgo de escuchar aquella música, la famosa frase que prevalece hasta nuestros días, “Parental Advisory, Explicit Content”.
Autor: Carlos Rivera Martínez
Enrique Benjamín Franklin
03rd Ago 2024Siempre hay una historia de la cual podemos aprender. Gracias por compartirla.
carlos
28th Ago 2024Gracias mi estimado.