La era del Hip Hop en los 80’s: La batalla entre la cultura y el gobierno.
En los años 80’s desde las cloacas de los barrios afroamericanos, emergía un movimiento que amenazaba con contar la verdad acerca de lo que estaba pasando en aquellos lugares a través de sus letras explícitas, su nombre: “Hip Hop” y su autor, el Dj África Bambaataa.
Si el punk reducía la melodía a su mínima expresión, como vehículo para denunciar la locura a la que los políticos y magnates nos estaban llevando, el Hip Hop se quedó solo con el ritmo para recuperar a los trovadores de antaño y por medio de rimas, denunciar la opresión en la que vivía la sociedad, en este caso, en el ghetto de los afroamericanos.
Una vez más, el alma humana creaba un estilo musical que, al igual que sus antecesores, el blues y el Folk, representaba la respuesta a la opresión. Asimismo, la respuesta del gobierno disfrazado de industria discográfica se disponía a responder.
El poder en la sombra trató de detener este movimiento que se estaba volviendo incómodo; dos estrategias se llevaron a cabo. La primera, fichar a los líderes para grabar discos, reduciendo su mensaje para desnaturalizarlo y controlarlo; en segunda, generar un movimiento similar pero con mensajes vacíos, con artistas light.
Así fue como el activista de las panteras negras, Tupac Shakur, verdadero icono de su generación, fue fichado por una casa discográfica, comenzando a hacer apología al dinero fácil y el sexo desenfrenado.
Arrepentido posteriormente, Tupac confesó que se había vendido a la industria discográfica y a quienes la controlan tras bambalinas. Tiempo después, en 1996, fue asesinado supuestamente por una banda rival. La madre de Tupac había sido una influyente líder de las panteras negras.
A los pocos meses del deceso de Tupac, muere asesinado a balazos, su supuesto rival Notorius Big. Su muerte a la edad de 27 años fue achacada al “clan rival” de Tupac Shakur. La familia de Notorius Big, demandó a la policía como ejecutora del crimen. Lo mismo acabaría sucediendo con todos sus contemporáneos, que gracias a sus verbos se habían convertido en grandes líderes políticos.
A partir de ese momento, la lista de raperos muertos en circunstancias violentas es tan larga que asusta: desaparecidos por sobredosis, accidentes, asesinatos que sobrepasan el centenar. Evidentemente, habrá quienes hayan muerto sin ningún motivo por detrás, pero parece bastante claro que los asesinatos iban dirigidos contra el movimiento político que había desatado este género musical para evitar que la gente tome conciencia de su realidad social.
En este sentido, es preciso recordar la operación COINTELPRO del FBI para infiltrarse en el movimiento hippie. La evidencia fue revelada. Hoy es un hecho reconocido que el Crack que inundó las esquinas de los barrios negros norteamericanos, fue introducido por la CIA, como lo demostró el periodista Gary Webb y aparece reflejado en la película “Matar al mensajero”.
La muerte de Tupac sucedió unas semanas después de que el periodista del Mercury News publicara una serie de reportajes en los que demostraba que la epidemia de Crack era una guerra sucia de la CIA, contra la comunidad afroamericana californiana, principalmente.
Nacidos y criados en las esquinas de los barrios más duros de Estados Unidos, canciones con letras desafiantes interpretadas por chicos que no le temían a nada, ¿se imaginan cuántos hubiera tenido algo que decir en esta época? ¿Habría alguien que pudiera callarlos?
Carlos Rivera Martínez.